El Santísimo Cristo Resucitado y la Virgen del Buen Suceso volvieron a encontrarse
El párroco bendice el encuentro del Resucitado y la Virgen del Buen Suceso.
Antonio Bartolomé
La procesión del Resucitado camina por la zona norte de la ciudad.
Antonio Bartolomé
Eduardo Cantalapiedra
El encuentro entre Jesús Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso marcó ayer en Ávila el final de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional, y el inicio de las fiestas de los barrios de la capital abulense.La imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso apareció frente a la iglesia de la Sagrada Familia, portada por cuatro cofrades, cubierta completamente por un velo negro que fue retirado en el momento del encuentro con la talla del Santísimo Cristo Resucitado, mientras que el grupo de la escuela de dulzaina ‘La Paloma’ tocaba el himno nacional con sus gaitillas y tamboriles.Acto seguido, ambas imágenes, acompañadas por los fieles, se introdujeron en la iglesia para la celebración de la eucaristía, a cuya conclusión pudieron degustarse unas pastas y vino de la tierra. Y ya en torno a las doce de la mañana comenzó la procesión por las zonas norte y centro de la ciudad. Abrían el paso los estandartes de las Cofradías de San Pedro, San José Obrero, San Antonio, Nuestra Señora del Consuelo, Nuestra Señora del Socorro, la Virgen de la Misericordia y San Segundo y de los Patronatos de Nuestra Señora de la Cabeza y de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora de las Vacas. A continuación, las imágenes del Santísimo Cristo Resucitado y de Nuestra Señora del Buen Suceso, acompañadas por los miembros de su cofradía, algunos de los cuales estrenaban este año indumentaria, pues a la tradicional medalla sumaron una túnica blanca con capa roja. Las autoridades y la banda de música de Las Navas del Marqués cerraban la comitiva, que durante su recorrido estuvo acompañada por el lanzamiento de cohetes. Así subieron por la calle Ferrocarril en dirección al paseo de la Estación y la plaza de Santa Ana para después dirigirse por Duque de Alba al Mercado Grande y desde allí adentrarse en el casco histórico para llegar a la plaza de la Catedral. Por la calle San Segundo se dirigieron hacia la ermita del Humilladero, donde realizaron una parada para visitar al Santísimo Cristo de los Ajusticiados, y desde allí emprendieron camino por la avenida de Valladolid. La procesión culminó casi dos horas después de su inicio en la ermita del Resucitado, donde los devotos pujaron un año más por introducir la imagen del Cristo Resucitado, portado a hombros, mientras las campanas repicaban para anunciar el regreso de la imagen. Una vez concluida la procesión dio comienzo la fiesta popular que se celebra en la explanada de la ermita del Resucitado, edificio del siglo XVII, en la que no faltaron el tradicional hornazo y la sangría del Domingo de Resurrección. No obstante, el frío y la amenaza de lluvia impidieron que la afluencia de gente fuese mayor como en otras ocasiones.Allí permanecieron, no obstante, algunas atracciones infantiles, así como los clásicos puestos de venta de hornazos, obleas y almendras y pipas garrapiñadas de Riofrío y Mingorría. Libro sobre la cofradíaCon motivo de la celebración de la procesión del Resucitado fue presentado el libro escrito por Emilio Iglesias Velasco, que recoge la historia de la cofradía, surgida por la fusión en 1944 de las hermandades del Santísimo Cristo Resucitado y la de Nuestra Señora del Buen Suceso, nacidas en la antigua parroquia de San Andrés. El dinero recaudado por la venta de los ejemplares de este volumen se destinará a la Cofradía del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso.